A tomar helados

Padre Hugo Tagle

Los dos actos transgresores, insurrectos, propios de “Primera Línea”, en este mes de febrero serán el tomar helados y vacunarse. Tras la quiebra de la cadena Bravissimo y cientos de restoranes y locales cerrados, lo primero será símbolo de apoyo a las PYME y tantos medianos y pequeños comercios que sufrieron una sangría destructiva por el “estallido social” y luego el golpe de gracia con la pandemia.

Ojalá muchos puedan reinventarse y recuperarse. Pero comencemos por apoyar el comercio del barrio o comuna. No son números fríos o simples puertas, mesas o ventanas rotas y cobardemente vandalizadas. Pienso en los empleados, pequeños proveedores, familias, personas de carne y hueso, honestas y trabajadoras, muchas de ellas con pocos ingresos, viviendo al día, pagando religiosamente sus cuentas y dando boleta: cumpliendo el revolucionario deber cívico de contribuir con su esfuerzo al bien propio y de Chile. Tan mala como la pandemia es la falta de trabajo, no llegar a fin de mes, la pérdida del local donde se vendía; trabajaba y gracias al cual se daba de comer a la familia.

Algunos han sugerido incluir en la Constitución el “derecho al trabajo”. Pues bien, si eso es posible, debe ir acompañado con el deber de protegerlo, fomentarlo, facilitarlo.

Una de las exigencias a los futuros parlamentarios deberá ser el haber trabajado y dado trabajo. Acreditar que crearon o participaron de al menos una PYME de 10 empleados. Desconcierta e indigna el cierto desdén con que algunos diputados se refieren a la pérdida de lugares de trabajo. Se comprende la indignación de tanta gente ante un grupo humano que ha sido una gran decepción. Desperdicio de dinero y tiempo. Su mal trabajo, malas ideas y falta de experiencia, han empobrecido Chile.

El trabajo dignifica a la persona. Dice el Papa Francisco: “El individuo se hace persona cuando se abre a los demás, a la vida social, cuando florece en el trabajo. El trabajo es la forma más común de cooperación que la humanidad haya generado en su historia”. El hombre se dignifica en el trabajo. Tras esta pandemia y aún en medio de ella, recuperemos el sentido de solidaridad ante el mundo laboral, velando por mantener y cuidar los empleos y apoyándolos con medidas tan sencillas como comprando en ellos y recomendándolos a otros.

La esperada vacuna contra el Covid-19 da luces de esperanza en este tiempo sombrío. Pasará un buen tiempo antes de que podamos hablar de un golpe final a esta calamidad. Por ahora, súmese pacientemente a las medidas decretadas y, cuando pueda, vacúnese. Hágalo por usted y los demás.